Hugo Lindo demuestra convincentemente que domina las técnicas que han llevado la narrativa latinoamericana a la atención del entero mundo occidental. Maneja con aparente facilidad numerosos hilos narrativos, entretejiéndolos hasta fabricar una tela cuya consonancia desemboca en un gran placer de leer. Juega con el tiempo y el espacio de una manera digna de Borges (cuyo apotegma sobre el arte de olvidar constituye el epígrafe de la novela). YO SOY LA MEMORIA, novela del salvadoreño Hugo Lindo, desarrolla encasi 500 páginas una fábula de **ciencia ficción humanística**. La prosa es inmejorable como corresponde a un escritor que ya tiene un sitio destacado en la narrativa hispanoamericana. Lindo despliega una gran sabiduría humana y nos muestra un **brave new world** en el que se han desarrollado las potecialidades espirituales a expensas de un retraso en el orden tecnológico y práctico. Una muestra del estado de nuestra narrativa