JUAN PABLO II; EL PONTÍFICE DE LA ESPERANZA
En esta visión biográfica se relata la trayectoria de un hombre real, de un ser humano que se negó a ser únicamente el símbolo de una tradición cultural y religiosa, Karol Wojtyla entró en la historia desde el momento en que nació, en 1920, hasta que abandonó la existencia terrenal, en 2005, en el ejercicio de su investidura como jefe supremo de la Iglesia católica. Juan Pablo II se definió siempre como un testigo de los tiempos y un defensor de la verdad, pero es indudable que también fue un sujeto activo en el tiempo, un artífice de la historia. El testimonio de Juan Pablo II y la expresión de su verdad, no son únicamente la crónica de los tiempos, sino formas vivas y actantes en la elaboración humana de éstos, de manera que no podría entenderse cabalmente el siglo XX sin la formidable presencia de Juan Pablo II, el constructor de puentes humanos, el pontífice de la esperanza, los editores. No debemos temer al futuro, no debemos temer al hombre. Nuestra presencia aquí no es accidente. Todas y cada una de las personas han sido creadas a imagen y semejanza de la Unidad, que es el principio y el origen de todo. En tanto que seres humanos, poseemos las capacidades naturales de la sabiduría y la virtud. Con estos dones, y con la ayuda de la gracia de Dios, durante el próximo siglo y el próximo milenio podremos construir una civilización digna de las personas, una verdadera cultura de la libertad... ¡Podemos y debemos hacerlo!. Si así lo hacemos, comprenderemos que las lágrimas del siglo XX han servido para trillar el terreno de una nueva primavera del espíritu humano, Juan Pablo II.